martes, 3 de mayo de 2011

Como lluvia de Mayo


¡Regreso al blog! Y qué mejor día que el de las Cruces de Mayo. Se dice que desde antiguo se celebraba la fiesta alegórica de "las mayas", que tenía como protagonista a "la maya", una niña vestida de blanco y coronada de flores para saludar el renacer de la Naturaleza.

La celebración de los Mayos era propia de pueblos cuyo ciclo de vida estaba fuertemente marcado por el paso de las estaciones. Las sociedades se han ido transformando sustituyendo los modos de vida rurales, por otros de tipo industrial. Por ello, esta costumbre de festejar el inicio de la Primavera ha ido perdiendo fuerza, hasta desaparecer casi por completo.

La tradición, probablemente vikinga y difundida por los celtas, señala esta fecha como de transición del invierno a la primavera, la festividad en honor a Belenos, dios del fuego. En la noche del 30 de Abril se prendían hogueras para renovar con el humo a los pueblos y a sus habitantes, y adorar e invocar a los dioses de la fertilidad.

Con el devenir de los tiempos, la fecha de la celebración católica de la Santa Walpurgis (Valborg o Walburga) se trasladó al 1 de Mayo, denominándose Noche de Walpurgis en el calendario sueco. Esta fecha también pasó a ser el Día del Trabajador.

Fue durante la Noche de Walpurgis de 1776 cuando Adam Weishaupt creó en los bosques bávaros a los Illuminati, la orden de los Iluminados. Su meta era descubrir secretos para revelarlos en caso de emergencia. Numerosos mitos y teorías conspirativas los centran en supuestas actividades, entre las que se cuentan la Revolución Francesa.

Según Weishaupt, el medio para alcanzar la libertad era principalmente la educación, pero no sólo la aportación externa de conocimientos, sino la formación del corazón y la moralidad, que deberían capacitar a los individuos para autodominarse, y por lo tanto serían superfluas otras formas de dominio como el despotismo de los príncipes absolutistas, pero también el despotismo espiritual ejercido por la Iglesia Católica.

Se dice que hay que mojarse con la lluvia de Mayo. Y que cuando algo acaba, algo empieza... Tantas cosas se dicen... Y como no quiero dejar de decir cosas, hoy he pensado que celebro la lluvia de Mayo, y todo lo que de bueno nos ha traído.

jueves, 5 de agosto de 2010

viernes, 18 de junio de 2010

¿Quién entiende el Turquestán?



El antiguo Turquestán, también llamado Tartaria o la “la tierra de los turcos”, estaba formado por numerosos pueblos que fueron obligados a integrarse en modernos estados-nación. Hoy en día, esa misma diversidad cultural, lingüística y religiosa puede dar origen a múltiples conflictos en la región.

Los siete países que llevan el sufijo –stán en el nombre, son un grupo diverso con fronteras irregulares que dividen una región marcada por siglos de agitación sociopolítica. -stán (del persa) suf. Lugar de, también tierra de. Pakistán, Afganistán, Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán Kirguizistán y Kazajstán forman una colorida alfombra de pueblos, desde el mar Caspio hasta los confines de Mongolia.

Antes de 1991, en el mapa de países independientes sólo existían Afganistán y Pakistán, pero tras la caída de la Unión Soviética, se les unieron otras cinco naciones. Actualmente las siete luchan contra la pobreza y los conflictos internos. En su escarpado terreno, con enormes cordilleras, se encuentran las cumbres más altas de la Tierra: Las Tian Shan (Montañas del Cielo) que enlazan al sur con los montes Alai y con el Pamir (el Techo del Mundo). A uno y otro lado se extienden los desiertos: al este el Takla Makan, al oeste el Kizil Kum (Desierto Rojo). Más al norte, se extienden de Mongolia a Ucrania inmensas estepas. El Hindu Kush (Matadores de Hindúes) y la cordillera del Karakorum (Cordillera de Arena Negra) se funden con los Himalayas (Moradas de las Nieves).

En su interior no sólo viven pueblos turcos, como los turcomanos, uzbecos, kirguses, kazajos y figures, sino también grandes comunidades de persas tadjikos, tribus caucasianas y otras más pequeñas de tibetanos baltis y razas mongoloides. Para recorrer la región del Asia central, lo mejor es seguir la antigua Ruta de la Seda, establecida por los chinos en el primer milenio a.C. y que permaneció en uso hasta su declive en el siglo XV.
La ruta comenzaba en China, atravesaba el desierto de Gobi y los escarpados del Tíbet. Después, de oasis en oasis se podía elegir, para rodear el desierto de Takla Makan, entre bordear el sur de los montes Tian Shan ó continuar por la meseta tibetana. Al oeste de Kashgar se continuaba hacia Irán hasta llegar a Antioquía, a orillas del Mediterráneo.

A lo largo del siglo XX estos pueblos fueron obligados a dejar sus modos de vida tradicionales – principalmente nómadas – y desarrollar nuevas fuentes de riqueza: cultivo de algodón impuesto por la ex Unión Soviética, y extracción de petróleo y gas más recientemente. El desastre del mar de Aral es sólo un ejemplo de los graves problemas de contaminación que sufren. No sólo se ha erosionado la tierra, sino también las estructuras sociales tradicionales. El derrumbamiento del imperio soviético convirtió a esta región en un rompecabezas de nuevos estados artificiales. Actualmente, los siete países luchan contra la pobreza, los problemas ambientales y los conflictos internos, y al mismo tiempo se han convertido en punto de interés para las inversiones e intereses estratégicos de las grandes potencias.

Todo un reto para quién busque entenderlos...